Bienvenidos a la Casa Rural “La Comba y la Gallina”.
Desde pequeña he pasado las tardes de los sábados jugando en la plaza enfrente de esta casa y en el vestíbulo de la misma. He disfrutado de las historias que siempre contaba mi abuela, de la tradición oral y del folclore de mi tierra entre estas cuatro paredes de sillares de piedra caliza, con muros del siglo XVIII cargados de historia e historias. Este edificio era un antiguo hospital, que luego se transformó en vivienda y que se dividió entre dos propietarios, manteniendo su identidad unitaria.
Actualmente se ha rehabilitado manteniendo su esencia de edificio castellano, con su fachada de sillares de piedra caliza y viguetas de madera con bovedilla tipo “revoltón” cerámico y sus baldosas hidráulicas recuperadas; pero mejorando su confort y utilizando las nuevas tecnologías en aras del bienestar de nuestros clientes.
El nombre no es casual: LA COMBA Y LA GALLINA. Es un homenaje a mi familia, a mis abuelos. A una familia de campesinos y agricultores amantes de su tierra y su entorno. Mi abuela nos tejía combas para saltar, con las cuerdas con las que se ataban los sacos de cereal. Mi abuelo nos llevaba a cuidar las gallinas a su gallinero, nos enseñaba los animales, el romero del campo, los almendros en flor…
Desde adolescente tuve el sueño de convertir la casa de mis abuelos paternos en casa rural, para que otras personas pudieran disfrutar de la Comarca del Cerrato y vivir sus experiencias como yo lo había hecho. Espero que estas paredes brinden a otras personas la oportunidad de tejer sus propias historias y de pasear alrededor para conocer el entorno rural de esta comarca. A esas personas que “no tienen pueblo” pero les gustaría tener uno, o a esas personas que viven en una gran ciudad llena de prisas, o a esas personas que les encanta el entorno rural y quieren conocer uno diferente, o simplemente disfrutar de ellos mismos y su paz.
Mi padre me dijo un día: “Uno vuelve siempre a los sitios donde amó la vida”. Y este proyecto es mi forma de volver y de que volváis.
Bienvenidos a “La Comba y La Gallina”. Nos encantaría que te sintieras como en casa.
Mi nombre es Melisa González, pasé mi niñez hasta los 10 años y todos los veranos de mi vida, entre este pueblo y otro justo al lado. Luego me fui a vivir a Palencia, y más tarde, tuve que dejar mi ciudad natal para irme a vivir a Madrid, pero volviendo siempre que podía y sin olvidar nunca mis raíces Cerrateñas.
Estudié Arquitectura, Diseño de moda, creé mi propia familia… He conocido lo que es vivir rápido, estresados y sin tiempo para disfrutar, con las distancias, esperas, polución y aglomeraciones. Y ahora emprendo este nuevo proyecto para hacer llegar a más gente la comarca del Cerrato, el mundo rural, su folclore, sus productos, su entorno y naturaleza y su forma de vida.
Lo máximo son seis personas (siete si hay algún niño menor de 12 años)
El máximo de horas consecutivas sería de seis. Este tiempo es más que suficiente para disfrutar de una completa jornada de navegación, en especial si no se está acostumbrado a navegar.
Edad mínima no hay, si bien todos los niños abordo deben saber nadar.
No, no está permitido.
No, no está permitido.
No, no está permitido.
No, no está permitido.